Según HIV.gov, la coinfección se produce cuando una persona tiene dos o más infecciones al mismo tiempo. Las coinfecciones comunes que afectan a las personas que viven con VIH (PVV) son las hepatitis B y C, así como la tuberculosis.
Las hepatitis B y C pueden transmitirse por vía sexual o por el consumo de drogas inyectables. La hepatitis A es menos común entre las PVV y existe una vacuna contra esta afección. Cuando no se tratan, estas infecciones pueden llevar a la enfermedad hepática, el cáncer de hígado o la insuficiencia hepática. La hepatitis B puede prevenirse con una vacuna; si bien no hay cura para la hepatitis B, el tratamiento puede retrasar o limitar el daño al hígado. A pesar de que no existe vacuna para la hepatitis C, el tratamiento cura aproximadamente al 97% de las personas, incluidas las que tienen VIH, mediante 8 a 12 semanas de terapia oral. Todas las personas que viven con VIH deberían hacerse las pruebas de hepatitis B y C.
El VIH debilita el sistema inmunitario, lo que incrementa el riesgo de tuberculosis (TB) en las personas seropositivas. La TB se considera un trastorno indicativo de SIDA; es decir, que si una persona seropositiva lo tiene, indica que también tiene SIDA. En los Estados Unidos, donde se usan ampliamente los medicamentos contra el VIH, hay menos PVV con la enfermedad de TB que en épocas pasadas; sin embargo, la enfermedad de TB aún afecta a muchas PVV en los EE. UU. A nivel mundial, la TB es una de las principales causas de muerte entre las personas con VIH; es por ello que es importante hacerse la prueba de TB y que las personas que den positivo inicien el tratamiento.
Las vacunas contra la gripe, el COVID, la mpox y otras condiciones pueden reducir los riesgos
Los riesgos que conllevan algunas condiciones médicas se pueden prevenir o reducir mediante vacunas. Estas condiciones se denominan enfermedades prevenibles por vacunación. Algunos ejemplos de estas enfermedades son la gripe, el COVID, la mpox, las hepatitis A y B, la meningitis, la culebrilla (herpes zóster) y las infecciones neumocócicas.
Las vacunas pueden brindar protección contra estas condiciones. Asegúrese de estar al día con todas sus vacunas regulares. Consulte a su proveedor de atención de salud que está al tanto de su condición de VIH sobre las vacunas contra la gripe, el COVID, la mpox, las hepatitis A y B, y la enfermedad meningocócica. Además, podrían recomendarle que se vacune contra la culebrilla, el virus del papiloma humano (VPH) y las infecciones neumocócicas, en función de su edad e historial médico. Si usted planea viajar fuera de los Estados Unidos, visite CDC Travelers’ Health o consulte a un especialista en salud de viajeros para averiguar si se recomiendan vacunas adicionales.
Según HIV.gov, las PVV tienen un riesgo elevado de desarrollar complicaciones graves asociadas a la gripe, en especial las personas con un recuento muy bajo de linfocitos CD4 o que no toman medicamentos para tratar el VIH. Vacunarse contra la gripe cada año es la mejor manera de protegerse a sí mismo y a los seres queridos contra la gripe, que puede causar estas graves complicaciones. La vacuna contra la gripe proporciona inmunidad segura y efectiva durante toda la temporada gripal.
Todavía estamos aprendiendo sobre el COVID y cómo afecta a las personas con VIH. La edad avanzada y las condiciones médicas subyacentes pueden incrementar la probabilidad de que una persona se enferme de gravedad si contrae el COVID. Esto es especialmente cierto cuando se trata de personas con VIH avanzado o de personas seropositivas que no siguen un tratamiento. Las personas con un mayor riesgo de enfermedad grave deberían tomar precauciones (incluso vacunarse y llevar una mascarilla bien ajustada en interiores muy concurridos) para protegerse y proteger a otros del COVID.
Si usted tiene síntomas, hágase la prueba del COVID inmediatamente. Si da positivo, siga los pasos que indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para esta enfermedad. Siga tomando los medicamentos contra el VIH tal y como se recetaron. Si usted da positivo y tiene mayor probabilidad de enfermarse de gravedad, existen tratamientos que pueden reducir su riesgo de hospitalización y muerte. Contacte a un proveedor de atención de salud de inmediato. Algunos tratamientos para el COVID pueden interactuar con el tratamiento antirretroviral (TAR) que se usa para tratar el VIH. Informe a sus proveedores de atención de salud antes de iniciar el tratamiento para el COVID.
Los CDC recomiendan que todo el mundo se mantenga al día con las vacunas contra el COVID para su grupo de edad. Esto incluye a las personas con VIH, sin que importe su recuento de linfocitos CD4 o su carga viral. Las personas con inmunodepresión moderada o grave (como son los casos de VIH avanzado o sin tratar) cuentan con recomendaciones diferentes para la vacuna contra el COVID. Las vacunas contra el COVID son seguras para las personas con VIH. No existen pruebas de que las vacunas contra el COVID interfieran con el TAR o con la PrEP que se usa para prevenir el VIH.
Se desconoce si tener VIH incrementa la probabilidad de infectarse por el virus de la mpox (viruela símica) tras una exposición; no obstante, sí sabemos que las personas con VIH avanzado tienen un mayor riesgo de enfermarse gravemente si contraen el virus de la mpox. Los CDC recomiendan que toda persona con VIH se vacune contra la mpox.
Si usted contrae la mpox, existen tratamientos seguros que pueden usarse para tratar a las personas con mayor probabilidad de enfermarse de gravedad debido a este virus. Si tiene VIH, pregunte a su proveedor de atención de salud qué opciones de tratamiento debería considerar. Con base en nuestros conocimientos actuales, los tratamientos para la mpox tienen escasa posibilidad de interacción con los medicamentos para el VIH. Si usted tiene VIH, informe de ello a su proveedor de atención de salud antes de iniciar el tratamiento para la mpox.
El contenido de esta página fue adaptado a partir de información disponible en hiv.gov y cdc.gov.