En 2020, 520 de las 1,159 personas —casi la mitad— diagnosticadas con VIH en Illinois tenían entre 13 y 29 años de edad, según el tablero de indicadores del VIH de Getting to Zero Illinois. Además, se estima que otros 900 jóvenes en este grupo de edad se convirtieron en seropositivos el año pasado sin saberlo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Como resultado de ello, estos 900 jóvenes no obtuvieron cuidado para el VIH y se encuentran en riesgo de contraer SIDA, hepatitis y otros trastornos médicos.
Para abordar el VIH entre los jóvenes se requiere que estos tengan acceso a información y recursos que puedan ayudarles a reducir su riesgo, tomar decisiones saludables, hacerse la prueba, y obtener tratamiento y cuidado si tienen VIH.
Cómo contraen el VIH los jóvenes
El VIH puede ser transmitido a través de actividades específicas. En los casos más comunes, las personas contraen o transmiten el VIH a través de su conducta sexual y el uso de agujas/jeringas, según los CDC. Solo determinados fluidos corporales —sangre, semen, fluido preseminal, secreciones rectales, secreciones vaginales y leche materna— de una persona seropositiva pueden transmitir el VIH. Para que pueda transmitirse o contraerse el VIH, estos fluidos deben entrar en contacto con una membrana mucosa (se encuentran en el interior del recto, vagina, pene y boca), un tejido dañado (herida abierta, corte o rasguño), o ser inyectados directamente en el torrente sanguíneo (mediante una aguja o jeringa).
El VIH también puede ser transmitido de madre a bebé durante el embarazo, parto o lactancia.
Entre los factores de riesgo comunes en la transmisión del VIH se incluyen:
- No ponerse un condón (salvo que estés tomando la profilaxis preexposición (PrEP)o que tu pareja haya logrado la supresión viral)
- Tener sexo después de haber tomado alcohol o drogas
- Tener una enfermedad de transmisión sexual
- Contar con varias parejas sexuales
- Inyectarse drogas y compartir las agujas, o pincharse con una aguja contaminada con el VIH (esto principalmente concierne a los trabajadores de atención de la salud)
¿Cuándo debe un joven hacerse la prueba del VIH?
La única manera de saber con certeza si tienes o no el VIH es hacerte la prueba. Conocer tu condición con respecto al VIH te da información poderosa que te ayuda a tomar los pasos necesarios para mantener tu salud y la de tu pareja. Los CDC recomiendan que todas las personas entre las edades de 13 y 64 años se hagan la prueba del VIH por lo menos una vez, como parte de la atención de salud rutinaria. Las personas en riesgo más elevado de contraer el VIH deberían hacerse la prueba con mayor frecuencia. Deberías hacerte la prueba del VIH si uno o más de estos puntos se aplican en tu caso, ya que estas circunstancias aumentan tus probabilidades de contraer el virus:
- Si has tenido sexo —anal o vaginal— con alguien de quien no conozcas su condición con respecto al VIH
- Si has tenido más de una pareja sexual
- Si te has inyectado drogas y compartido agujas o utensilios con otros
- Si has canjeado sexo por drogas o dinero
- Si has tenido una enfermedad de transmisión sexual, como la clamidia, las verrugas genitales, la gonorrea o el herpes
- Si se te ha diagnosticado o has buscado tratamiento para la hepatitis o la tuberculosis
Si estás embarazada, habla con tu proveedor o proveedora de atención de salud sobre hacerte la prueba del VIH y otras maneras de protegerte y proteger a tu bebé de la transmisión del VIH.
Mitos sobre el VIH
Hay muchos mitos alrededor del VIH. Por ejemplo, el VIH solo puede ser transmitido a través de fluidos como la sangre, el semen, el fluido preseminal, las secreciones rectales, las secreciones vaginales y la leche materna. El VIH no puede ser transmitido al escupir, dar un beso o comer alimentos cocinados por una persona seropositiva. Además, el VIH puede ser transmitido o contraído por cualquier persona; las personas heterosexuales que participan en conductas sexuales de riesgo o se inyectan drogas pueden tener las mismas probabilidades de contraer el VIH que una persona gay o bisexual.
El estigma alrededor del VIH
Los CDC definen el estigma del VIH como las actitudes y creencias negativas sobre las personas que viven con VIH. El estigma es el prejuicio que resulta de etiquetar a un individuo como integrante de un grupo que se considera socialmente inaceptable. Estos son algunos ejemplos de estigma del VIH:
- Creer que solo ciertas poblaciones pueden contraer el VIH
- Hacer juicios morales sobre las personas que toman pasos para prevenir la transmisión del VIH
- Considerar que una persona merece contraer el VIH a causa de sus decisiones
El estigma del VIH afecta el bienestar emocional y la salud mental de las personas que viven con VIH, ya que a menudo estas interiorizan el estigma al que se enfrentan y empiezan a desarrollar una autoimagen negativa. Podrían temer verse discriminadas o juzgadas de forma negativa si se divulga su condición seropositiva. El estigma del VIH está arraigado en el temor a este virus. Muchas de nuestras ideas sobre el VIH provienen de las imágenes que comenzaron a aparecer a inicios de la década de 1980. Todavía existen ideas erróneas sobre cómo se transmite el virus y qué significa vivir con VIH hoy en día. La falta de información y de conocimientos, combinada con creencias del pasado, es lo que lleva a las personas a temer contraer el VIH.
Cómo evitar el estigma del VIH
Hay dos maneras fundamentales de evitar el estigma del VIH. En primer lugar, habla sobre el VIH. Hablar abiertamente sobre el VIH puede ayudar a normalizar el tema. Hablar también ofrece oportunidades de corregir las ideas erróneas y ayuda a los demás a estar mejor informados sobre el VIH. En segundo lugar, pasa a la acción. Todos podemos ayudar a eliminar el estigma del VIH mediante nuestras palabras y acciones en nuestra vida diaria. Enseña el camino a otros mediante conductas de apoyo.