El ejercicio es una herramienta poderosa para la salud más allá del VIH

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Los problemas de movilidad, la fatiga y el dolor crónico son síntomas que experimentan muchas personas que viven con VIH. La actividad física regular ayuda a aliviar estos síntomas, según un profesional de salud pública con experiencia en la atención a estas personas.

“A las personas que viven con VIH les explico que el ejercicio es una de las principales maneras de desarrollar resistencia y fuerza muscular y de ayudarles a caminar con mayor eficiencia y reducir el dolor”, comenta Andy Rapoport, director de proyecto en el Instituto de Investigación Leonard Schanfield de CJE SeniorLife en Chicago. Él supervisa varios proyectos, incluidas clases de ejercicio virtuales gratuitas diseñadas para personas de todas las edades que viven con VIH.

Asimismo, el ejercicio puede ayudar a evitar o manejar trastornos de salud crónicos, o comorbilidades, incluidos la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el cáncer y la enfermedad renal, que suponen un riesgo elevado para las personas que viven con VIH.

Andy Rapoport

Consulte a su profesional de salud

La persona que vive con VIH puede consultar a su proveedor de atención de salud para que le asesore sobre las actividades adecuadas y las rutinas de salud y medicación. La consulta incluirá una evaluación de la administración de medicamentos para confirmar que esta persona está tomando el tratamiento antirretroviral (o TAR) exactamente como se recetó para suprimir el VIH hasta un nivel indetectable en la sangre.

Siga una rutina

Para las personas que viven con VIH, una rutina de ejercicio regular es fundamental para su salud física y mental, así como para la calidad de vida. Una rutina compuesta de ejercicio aeróbico, fortalecimiento muscular y actividades para el equilibrio ofrece una variedad de movimientos que ayuda al cuerpo entero.

  • El ejercicio aeróbico como caminar, nadar o montar en bicicleta ayuda a mejorar la salud cardiovascular, reforzar los niveles de energía y manejar el estrés. Propóngase hacer un mínimo de 30 minutos de ejercicio cinco días a la semana, aunque cualquier actividad física es mejor que nada, así que realice tanta actividad como pueda.
  • El fortalecimiento muscular ayuda a desarrollar y mantener los músculos del cuerpo, lo que resulta crucial especialmente conforme envejece una persona con VIH. Levantar pesas o realizar cualquier ejercicio que utilice el peso corporal dos veces por semana puede ayudar a prevenir la pérdida ósea y aumentar la masa muscular.
  • Los ejercicios para el equilibrio que desafíen a una persona lo suficiente como para provocar algo de inestabilidad ayudan a reducir el riesgo de caídas.

Céntrese en disfrutar

El ejercicio es una actividad personal, así que sea amable. “Es muy importante ser amable consigo mismo y encontrar una rutina de ejercicio que usted disfrute”, explica Rapoport. “Ya se trate de yoga, una clase de estiramientos o caminar, empiece con una actividad que en verdad le agrade y le produzca alegría, ya que le resultará más fácil mantenerla”.

Aumente la intensidad de forma gradual

Un aumento gradual de intensidad significa pasar menos tiempo sentado y pararse más a menudo. Cuando vea televisión, párese y haga estiramientos durante la publicidad. Camine por su casa o apartamento durante las conversaciones telefónicas.

“Sugiero a las personas que no fuercen una mayor intensidad en su rutina de ejercicios, sino que se sientan empoderadas para probar una rutina y comprobar los beneficios, aumentando la intensidad con el tiempo”, añade Rapoport.

La salud más allá del VIH

Rapoport cree en un enfoque holístico del ejercicio y de la vida más allá del VIH, donde se alinean el comer alimentos saludables y realizar ejercicio de forma regular.

“Los sobrevivientes a largo plazo del VIH me han comentado que sus redes de apoyo y cuidado les ayudaron a vivir y envejecer exitosamente con la enfermedad. Yo les explico que el ejercicio es la mejor medicina para ayudar a manejar el VIH y otros trastornos crónicos posibles, ya que puede ayudar a mejorar el bienestar general y la calidad de vida mediante una rutina que disfruten”.

Infórmese sobre las clases de ejercicio virtuales gratuitas en CJE SeniorLife. Si tiene alguna pregunta, contacte a Andy Rapoport en andy.rapoport@cje.net o llamando al 1-773-508-1055.