El VIH y el envejecimiento

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Gracias a las mejoras en la efectividad del tratamiento con medicamentos contra el VIH (llamado terapia antirretroviral o TAR), las personas con VIH a las que se diagnostique en una fase temprana y que inicien la TAR y se mantengan en tratamiento pueden lograr la supresión del virus y llevar una vida larga y saludable. Esta es la razón de que casi la mitad de la población que vive con un diagnóstico de VIH en Illinois tenga 50 o más años de edad. Muchas de estas personas llevan años viviendo con VIH; a otras se las diagnosticó a una edad más avanzada.

Se trata de un cambio considerable con respecto a los inicios de la epidemia del VIH, cuando las personas diagnosticadas con VIH o SIDA podían esperar vivir solo entre uno y dos años tras el diagnóstico.

Problemas de salud y envejecer con VIH

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el grupo compuesto por personas mayores de 50 años que viven con VIH está creciendo rápidamente. Aunque la aparición de la TAR es uno de los principales impulsores de este crecimiento, al mismo tiempo aumenta el número de nuevos casos de VIH en este grupo de edad. Según la Administración para la Vida Comunitaria de los EE. UU., aproximadamente el 17% de los nuevos casos de VIH se producen entre los adultos mayores.

Las personas que envejecen con VIH comparten muchos de los problemas de salud que afectan a la población general a partir de los 50 años de edad: enfermedades o trastornos crónicos, consumo de múltiples medicamentos, cambios en las capacidades físicas y cognitivas, y mayor vulnerabilidad al estrés. El riesgo de enfermar gravemente por el VIH es mayor en las personas con un recuento bajo de linfocitos CD4 (los glóbulos blancos que combaten la infección) y en las que no reciben un tratamiento efectivo contra el VIH (terapia antirretroviral o TAR).

Aunque el tratamiento efectivo contra el VIH ha reducido las probabilidades de que las personas que envejecen con VIH contraigan las enfermedades definitorias del SIDA, muchos trastornos asociados al VIH se producen con frecuencia en personas mayores seropositivas. Entre estos trastornos se incluyen la enfermedad cardiovascular, la diabetes, la enfermedad renal y el cáncer. Es probable que la causa de estos trastornos sea un número de factores que interactúan, incluida la inflamación crónica debida al VIH. Los investigadores buscan comprender mejor las causas de la inflamación crónica, aun en personas que reciben tratamiento con TAR.

Se está estudiando cómo el VIH y su tratamiento pueden afectar el cerebro. Por ejemplo, el trastorno neurocognitivo asociado al VIH (TNAV) puede causar un espectro de síntomas cognitivos, motores y/o anímicos que van de manifestaciones leves hasta la demencia asociada al VIH. Un estudio presentado en 2022 concluyó que la TAR reducía la prevalencia del TNAV.

Los investigadores todavía están aprendiendo cómo el COVID afecta a las personas con VIH. Con base en datos limitados, creen que las personas seropositivas bajo tratamiento efectivo contra el VIH tienen el mismo riesgo de contraer el COVID que las personas seronegativas.

¿Tienen los adultos mayores los mismos factores de riesgo ante el VIH que los más jóvenes?

“Existe una percepción errónea entre cierto público”, observa el Dr. Basil Eldadah, jefe interino de la rama geriátrica en la División de Geriatría y Gerontología Clínica del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento. “A veces las personas mayores creen que el VIH es una enfermedad de los jóvenes. Sin embargo, los adultos mayores —y los proveedores de atención de salud que los cuidan— deben recordar que los factores de riesgo ante la infección por el VIH son los mismos para la gente mayor y para los más jóvenes”.

Las principales vías de transmisión del VIH son:

  • Tener sexo anal o vaginal sin usar un condón, con una persona seropositiva que no haya logrado la supresión viral, o sin tomar los medicamentos conocidos como PrEP para prevenir la transmisión del VIH.
  • Compartir equipos de inyección de drogas (utensilios), tales como las agujas, con una persona seropositiva que no haya logrado la supresión viral.

Algunos factores relacionados con la edad pueden exponer a las personas mayores al riesgo de contraer el VIH. Por ejemplo, el adelgazamiento y sequedad del tejido vaginal relacionados con la edad podrían aumentar el riesgo de contraer el VIH en las mujeres mayores. El adelgazamiento y sequedad del tejido vaginal pueden causar rasgaduras en la vagina durante la actividad sexual y facilitar la transmisión del VIH. Los adultos mayores también podrían ser menos propensos a usar condones durante la actividad sexual debido a que les preocupa menos el embarazo.

Además, los cambios físicos que se producen de forma natural con la edad, tales como vulnerabilidades en las barreras de la piel y las mucosas y la alteración del sistema inmunitario, podrían en algunos casos aumentar la susceptibilidad a la infección en las personas mayores.

Hable con su proveedor de atención de salud sobre su riesgo ante el VIH y las maneras de reducirlo.

El contenido de esta página fue adaptado de información disponible en hiv.gov, cdc.gov y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento en nih.gov.

El Día Nacional de Concientización sobre el VIH/SIDA y el Envejecimiento (NHAAD, por sus siglas en inglés) se celebra el 18 de septiembre de cada año. La jornada NHAAD fue fundada por The AIDS Institute y se enfoca en cuestiones relacionadas con el VIH entre la población mayor estadounidense, incluidas las nuevas infecciones en adultos mayores y las personas mayores de 50 años que envejecen con VIH. Siga leyendo.