Una alimentación adecuada ayuda a las personas que viven con VIH (PVV) a mejorar su calidad de vida, y esta es una filosofía que Ron Lombard (él/elle) transmite a sus pacientes como enfermero especializado en Positive Health Solutions en Peoria. La clínica ubicada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois ofrece atención médica primaria a la comunidad LGBTQ+, incluidos servicios completos de administración de casos médicos para las personas que viven con VIH.
“A mis pacientes les explico que el VIH es una enfermedad de inflamación crónica y que es manejable con medicación regular y un estilo de vida saludable”, comenta Lombard. Manejarla incluye tomar el tratamiento antirretroviral (o TAR) exactamente como se recetó para suprimir el VIH hasta un nivel indetectable en la sangre. Estos medicamentos también ayudan a reducir la inflamación asociada con el VIH, que si no se trata puede llevar a trastornos crónicos como la diabetes causada por la resistencia a la insulina, el potencial de fracturas por reducción de la densidad ósea, problemas renales y algunos tipos de cáncer.
“Tratar bien a tu cuerpo puede ayudar a mejorar la calidad de vida, hacer que te sientas mejor y, en definitiva, motivarte a dar pasos positivos para mantener tu salud”, explica Lombard. Esto incluye el ejercicio regular, en especial el fortalecimiento muscular, como parte de una vida saludable ya que ayuda a aumentar la masa muscular magra y la resistencia ósea, y a quemar calorías de forma simultánea.
Según afirma Lombard, los beneficios de comer sano para las PVV pueden incluir lo siguiente:
- Inmunidad reforzada ante un mayor riesgo de infecciones y complicaciones. Una alimentación adecuada puede fortalecer el sistema inmunitario y mejorar la resiliencia contra las infecciones.
- Una reducción de síntomas asociados con el VIH, como la fatiga y la debilidad, y una mejora de la calidad de vida diaria.
- Capacidad mejorada para metabolizar los medicamentos. Un organismo bien nutrido procesa los medicamentos con mayor eficiencia, lo que lleva a mejores resultados del tratamiento y menos efectos secundarios.
Dependiendo de su actual estado de salud y vida, saber qué y cuánto comer es una decisión individual para cada persona que vive con VIH. Lombard menciona que atiende a algunas personas con dificultades para desplazarse hasta el supermercado. Recomienda establecer metas realistas para incluir opciones más saludables en la dieta de forma gradual, planear las compras elaborando una lista de alimentos favoritos y de ideas culinarias antes de dirigirse al supermercado, así como aprender sobre los condimentos y técnicas de cocina que imparten un buen sabor a la comida saludable.
Asimismo, Lombard sugiere acudir a un dietista registrado para formular un plan de comidas personalizado. La Academia de Nutrición y Dietética ofrece asesoramiento en su artículo Consejos sobre nutrición que mantienen fuerte el sistema inmunitario para personas con VIH/SIDA.
“Siempre explico que, aunque los alimentos saludables puedan resultar más caros, al gastar un poco más ahora, si la persona se lo puede permitir, obtendrá beneficios futuros”, explica Lombard. “El objetivo es la longevidad. Esforzarse por comer sano ahora ayuda a prevenir las complicaciones que son costosas de manejar”.
Lombard hace hincapié en la necesidad de seguir las recomendaciones locales con respecto a hervir el agua de la llave o beber agua embotellada o filtrada para evitar infecciones cuando se determine que el agua de la llave es insalubre. Los mismos consejos para evitar la contaminación son aplicables al lavar las tablas de cortar o las frutas y vegetales, y al practicar la higiene de manos.
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