Su salud mental es igual de importante que su salud física. Si usted vive con VIH, debe enfocarse en comer adecuadamente, cuidar su estado físico y cumplir con su régimen de medicamentos. Un problema de salud mental puede afectar cómo piensa, siente y actúa, y puede alterar lo bien que usted cuida de sí mismo. Por ejemplo, un cambio en su estado de salud mental puede:
- Dificultar que usted tome a tiempo todos sus medicamentos contra el VIH y logre la supresión viral.
- Hacer que a usted le resulte más difícil acudir a sus citas médicas o mantenerse en contacto con su red de apoyo.
- Interferir con sus hábitos saludables, como dormir suficientes horas y hacer ejercicio.
- Afectar su capacidad de hacer frente al estrés diario.
Es normal sentir un cierto grado de preocupación o temor, en particular tras un diagnóstico de VIH. Usted puede manejar mejor sus emociones, su salud general y su bienestar si sabe cómo el ser seropositivo puede afectar su salud mental y qué recursos se encuentran a su disposición en caso de necesidad.
Vivir con VIH a veces puede resultar abrumador. Lo más importante que usted debe recordar es que no está solo; hay sistemas de apoyo que pueden brindarle ayuda, incluidos médicos, psiquiatras, administradores de casos, familiares, amigos, grupos de apoyo y servicios como Illinois HIV Care Connect.
¿Cómo sé si tengo buena salud mental?
En pocas palabras, las personas con buena salud mental suelen ser individuos felices y productivos. Si bien todos pasamos por altibajos, las personas con buena salud mental pueden soportar el estrés razonablemente bien, tomar buenas decisiones, trabajar de manera productiva, disfrutar relaciones personales positivas y contribuir de forma significativa a su familia y a su comunidad.
Las personas que están desarrollando condiciones de salud mental podrían empezar a notar cambios en cómo se sienten, o bien terceras personas podrían observar cambios importantes, como:
- Dejar de disfrutar las actividades placenteras.
- Dormir demasiado —o no poder dormir.
- Sentirse “triste” o “vacío” casi todo el tiempo.
- Sentir cansancio todo el tiempo.
- Padecer ataques de miedo de forma repentina y repetida, lo que se conoce como “ataques de pánico”.
- Pérdida de interés sexual.
- Preocupación por lo que los demás piensan de uno.
- Escuchar voces.
- Sentimiento de querer lastimarse o lastimar a otros.
- Ira o rabia intensa hacia otros.
Usted no debe avergonzarse de hablar de lo que siente con su médico, administrador de casos u otros integrantes de su equipo de atención de la salud. Sus sentimientos son importantes y válidos, y los profesionales de atención de la salud deberían preocuparse por usted y ofrecerle respeto. Recuerde siempre que las condiciones de salud mental son tratables. Las personas que padecen problemas de salud mental pueden mejorar y muchas logran una recuperación completa.
Ayuda de emergencia:
Si usted sufre de angustia emocional y tiene pensamientos suicidas, llame a la línea de atención en crisis de la Red Nacional de Prevención del Suicidio al
1-800-273-TALK (8255) o al
1-888-628-9454 para atención en español.
Ayuda en situaciones no urgentes:
Si usted cree que padece los síntomas de una condición de salud mental, programe una cita para hablar de lo que siente con su proveedor de atención de la salud o con el administrador de casos de Illinois HIV Care Connect. Si usted aún no está inscrito en Illinois HIV Care Connect, puede inscribirse a través de siete oficinas regionales distintas.
Infórmese sobre la supresión viral —la clave para disfrutar una vida saludable con VIH