Mantenerse al día con la atención y tratamiento del VIH le da ventaja sobre el virus y aumentará en gran medida su capacidad de llevar una vida saludable. Su médico monitoreará la infección por el VIH principalmente a través de pruebas sanguíneas periódicas que miden el número de células CD4, o “células T”, en la sangre, así como la carga viral (la cantidad de virus del VIH en la sangre). Los resultados de la prueba sanguínea mostrarán qué tan bien responde su organismo al actual régimen de tratamiento para el VIH. Según los CDC, el rango normal del recuento de células CD4 es de 500 a 1,600 células por milímetro cúbico de sangre. Las células CD4 juegan un papel importante en la capacidad de su organismo para combatir las infecciones. Cuando se vive con VIH, el virus ataca y reduce el número de células CD4 en la sangre, lo que dificulta en gran medida que el organismo pueda combatir las infecciones.
La carga viral mide qué tan bien su organismo está combatiendo el VIH —una carga viral reducida es ideal. La meta del tratamiento para el VIH es reducir la carga viral a un nivel casi indetectable. Si su carga viral tiene menos de 40 a 75 “copias” —el número de partículas de VIH en un mililitro de sangre—, dicha carga se considerará “indetectable”. Alcanzar esta meta de lograr un nivel reducido de VIH en la sangre se conoce como supresión viral —el quinto y último paso en el continuo de atención del VIH.
Según los CDC, las personas con VIH que empiezan a tomar medicamentos contra el virus durante el primer año de cuidados tienen mayores probabilidades de mantenerse en tratamiento. Esto significa que usted debería empezar a tomar estos medicamentos lo antes posible y continuar tomándolos. No solo es importante iniciar el tratamiento para el VIH, es igual de importante mantenerse en tratamiento.
El tratamiento para el VIH es importante porque ayuda a su organismo a combatir el virus. Si bien aún no existe cura para el VIH, los medicamentos contra el VIH —lo que se conoce como tratamiento antirretroviral o TAR— tienen el potencial de mantenerlo saludable por muchos años. Al reducir la cantidad de VIH en la sangre y los fluidos corporales, los medicamentos contra el VIH también pueden reducir el riesgo de que usted transmita el virus a otros, siempre y cuando los tome de forma constante y correcta.
Tomar los medicamentos contra el VIH exactamente como se lo recetó su proveedor de atención de la salud ayudará a mantener la cantidad de VIH en la sangre a niveles reducidos y el recuento de células CD4 a niveles elevados, lo que aumenta la capacidad del organismo para combatir las infecciones. Si usted se salta sus medicamentos —aun ocasionalmente de forma accidental—, le está dando al virus la oportunidad de multiplicarse. A su vez, la presencia de una mayor cantidad de virus del VIH en la sangre puede debilitar su sistema inmunitario y causar enfermedades.
Si usted se salta una dosis del medicamento, retome su ritmo de ingesta en cuanto le sea posible. Programar una alarma, tomar los medicamentos a la misma hora todos los días o usar un calendario son algunos de los métodos útiles que le permiten cumplir con su plan de tratamiento para el VIH. Es posible que su proveedor de atención de la salud pueda cambiar su plan de tratamiento para que se ajuste mejor a sus necesidades de atención médica y a las circunstancias de su vida según estas cambian con el tiempo.